ESPECIAL Mundo turco 2: Ficciones y realidades de telenovela
- Mavi H. Valdéz
- 1 jul 2020
- 5 Min. de lectura

La mirada occidental que narra siempre desde el mismo punto focal, que acerca la cámara al vestido diminuto o al escote de la mala de la historia, esa mirada capaz de detectar en los primero 10 minutos quién es el protagonista galán, quien la protagonista con cara de ratón asustado, si la historia acaba en boda, quien muere, quien es el malo que le ayudará a la mala a separar al par de tórtolos papanatas, qué tórtolo será el que cometa más tonterías inexplicables que una persona normal jamás cometería y finalmente, si la mala terminará loca, muerta o en la cárcel.
Así de chiquito se volvió el mundo de las telenovelas, sobre todo en México. Esto no ha sido siempre, pues nuestro país en especial tuvo una época de esplendor con estos proyectos televisivos. Recordamos historias como "Mirada de mujer" que en los 90 fracturó en muchos niveles los cánones de lo que estaba permitido y no en el espacio de la tv abierta, que criticó a la sociedad y exploró a través de sus personajes diversas problemáticas cotidianas con implicaturas de dimensiones estratosféricas.
La parte triste de la historia vino con los numerosos refritos, con la muerte del cerebro de los guionistas y con la penosa necesidad machista de encoger las prendas femeninas y usar la fotocopiadora 3D con las actrices replicando una y otra vez cuerpos inauditos.
El talento actoral falleció, las tramas y guiones se convirtieron en pretextos y el abordaje sobre temas políticos y sociales fue vendido al mejor postor.
Por ello, hoy en día la palabra "telenovela" está dotada, al menos para los mexicanos, de desprecio. Sin embargo, el fenómeno de las telenovelas turcas se extendió por todo el mundo hasta llegar a nuestro país.
El mundo turco abrió su "puerta de la felicidad" (nombre dado a la puerta principal del palacio de Torkapi) a través de sus macro producciones y sus extraordinarias historias.
Las telenovelas turcas destacan por la gran calidad fílmica y fotográfica, por las inversiones depositadas en vestuarios, escenografías y en especial, por las historias y el foco de estas. Vemos protagonistas ricas, pobres, madres, sultanas, amantes, buenas, malas, inocentes, astutas, poderosas, aguerridas, mujeres reales, sin cuerpos exuberantes, destacando por su forma de actuar y no por faldas diminutas.
Vemos también a hombres simples, comunes, a sultanes o sirvientes protagonizando historias, hombres cultos, trabajadores, capaces e inteligentes, no solo a niños ricos y bonitos que hacen el ridículo en capítulo hasta que se casan con la protagonista (como en México).
La ficción se funde con la cotidianeidad y representa así a su sociedad, a individuos que pueden identificarse de muchas formas con los personajes, transmiten mensajes positivos y hacen retratos también de lo negativo.
Desde la mirada occidental podemos ver rasgos de machismo, el papel de la mujer atravesando altas y bajasen una cultura que nos es ajena, pero ¿qué tanto de ello es verdad?
Si bien, las historias no siempre se centran en familias ricas, las imágenes que llegan a nosotros si responden a zonas en donde las personas responden a clases sociales altas, que en realidad, es la minoría. Cuando nos muestran barrios o zonas no favorecidas vemos color, comerciantes, incluso alguna mujer vendiendo flores para salir adelante, esto dista de las realidades que viven las personas sin recursos, sin embargo, favorece a Turquía fortaleciendo las entradas turísticas.
Algunas de las más famosas y vistas en el mundo son:
1- Suleiman, el gran sultán.
Que al igual que "Kosem" (mencionada en la parte 1 de nuestro especial) se basa en alguna etapa relevante en la historia del imperio otomano y que desarrolla mediante la fusión entre ficción y realidad histórica una trama llena de intrigas, discordia, pasión, romance, violencia y humor.
2- Las mil y una noches.
En ella se recuperan las bases de la historia clásica de "Las mil y una noches" y vemos la historia de una mujer que para salvar la vida de su hijo estará dispuesta a todo, incluso a pasar una noche con su jefe. Aquí vemos una ruptura total a los estándares occidentales de las historias de amor en donde una premisa así es impensable, inmoral y de mal gusto, como si ello no sucediera.

3- Hercai.
Plagada de odios, resentimientos, venganza, discordias dentro de una familia y amores imposibles, ésta se ha colocado desde su estreno el año pasado entre las más vistas tanto en Turquía como en el resto del mundo. Las emociones estructuradas para cada personaje, las características de la trama y el extraordinario planteamiento de sucesos la posicionan entre las mejores.
4- Fatmagul
En ella se retrata la terrible violencia hacia la mujer, pues la protagonista no es ni ingenua, ni tonta, tampoco encuentra el climax de sus problemas en el desprecio de la mala de la historia, aquí vemos problemáticas reales vinculadas al machisto y al tradicionalismo. La joven que da nombre a la historia es violada por cuatro hombres y posteriormente, obligada a casarse con uno de sus atacantes, que no está seguro de lo ocurrido, ´pero asume el peso de la culpa sobre su violación para así, amortiguar los daños morales del suceso. Vemos en esta historia de venganza y amor un retrato de los miles de casos de abuso sexual que existen en el mundo.

5- La novia de Estambul
Una clásica historia de amor entre un hombre rico y una joven violinista que deja todo para estar junto a él; sin embargo, la construcción de los conflictos dentro de la trama, las problemáticas reales, los personajes que no son solo calcas del canon y la excelente calidad de las imagenes la han llevado a la fama mundial (y al corazón de mi mamá).
Esta historia nos lleva por un recorrido minucioso de las tradiciones turcas, la importancia de estas y las estracturas familiares que no permiten la intromisión de quien no es igual a ellos.
6- Sila
En esta historia vemos la forma en se comercia con las mujeres, pues la protagonista no solo es vendida en su infancia, sino que al volver con su madre biológica se ve obligada a casarse para saldar una deuda de su hermano.

De primera instancia podemos ver que la calidad de las historias es fascinante, sin embargo, muchos temas vinculados a problemáticas sociales actuales no son abordados debido a la censura. La violencia hacia la mujer no es del todo visualizada y de alguna forma, se romantizan situaciones como el papel secundario ejercido por las mujeres, la violencia, e incluso en las históricas, el mundo percibe un imperio otomano muy armonioso, erótico, lleno de esplendor cuando en realidad, los sultanatos no fueron así.
Finalmente, se agradecen estas producciones que de una u otra forma, nos acercan con gran calidad a temas más relevantes e importantes en la sociedad mundial, a la empatía hacia otras tradiciones y cultura y sobre todo, nos alejan de la idea de que las mujeres no valen si no están vistiendo mini faldas o de las historias absurdas en la que muchos años las y los fanáticos de las telenovelas se vieron sumergidos. Ahora tenemos ventanas al mundo turco y sabemos que las cosas no son tan malas, ni tan buenas como podríamos creer.
En la actualidad, Turquía ha ganado fama y admiración a nivel mundial y fenómenos televisivos como Suleiman o Kosem han logrado que el fanatismo por el mundo de los sultanes y el gran imperio otomano, vemos desde series, hasta juegos.
Hablaremos más de ello en la parte 3 de nuestro especial sobre el mundo turco: Juego de Sultanes, reseña de un juego. MV
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